Así publicaba EL Faro de Ceuta, hace unos días, como son algunos de los episodios de la selección de personal para prisiones. Sin comentarios
lunes, 26 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
Los asesinos de Berrueta piden el indulto
NAVARRA EL AGENTE VALERIANO DE LA PEÑA Y SU HIJO MATARON AL PANADERO EN MEDIO DE LA CAMPAÑA QUE RESPONSABILIZABA A ETA DEL 11-M
Los asesinos de Berrueta piden el indulto
Un policía nacional y su hijo mataron a Anjel Berrueta en Iruñea tras los atentados del 11 de marzo del 2004, después de negarse a colocar un cartel en su tienda.
Patxi Goenaga Mendioroz / Iruñea (Pamplona)
Jueves 4 de marzo de 2010. Número 121
Los asesinos de Berrueta piden el indulto
Un policía nacional y su hijo mataron a Anjel Berrueta en Iruñea tras los atentados del 11 de marzo del 2004, después de negarse a colocar un cartel en su tienda.
Patxi Goenaga Mendioroz / Iruñea (Pamplona)
Jueves 4 de marzo de 2010. Número 121
Seis años han pasado desde que el policía nacional Valeriano de la Peña y su hijo mataran a puñaladas y de varios disparos al panadero Anjel Berrueta en Iruñea (Pamplona), después de que éste se negara a colocar en su tienda un cartel que se responsabilizaba a ETA de los atentados del 11-M. Ahora han solicitado por segunda vez que se les indulte y podrían estar disfrutando de diversos beneficios penitenciarios.
El 13 de marzo de 2004, Pilar Rubio, mujer de Valeriano de la Peña, pretendió colocar un cartel contra ETA en la tienda de su vecino, panadero y conocido militante de Gurasoak (colectivo de padres y madres de jóvenes detenidos por su presunta relación con la kale borroka). Éste se negó y la mujer subió a casa fuera de sí diciendo: “Vamos a matar a ese hijo de puta”. Minutos después su hijo y su marido bajaron a la tienda de Berrueta y le mataron.
La campaña desatada por la derecha española tras el 11-M había cuajado hasta tal punto en Navarra que los partidos de la clase política legalizada no se atrevían a poner en duda que la autoría de los atentados fuera de ETA. Prueba de ello fue que mientras en las manifestaciones de Madrid y Barcelona del día 12 contra los atentados la pregunta de “¿Quién ha sido”? y el “¡No a la guerra!” eran una constante, en Iruñea la manifestación fue una muestra de apoyo a las tesis del PP y de UPN y la encabezó una pancarta que rezaba “Por las víctimas. Con la Constitución”.
En el juicio por el asesinato de Anjel Berrueta, un jurado popular condenó a 20 años de cárcel a Valeriano de la Peña, impuso 15 años de prisión a su hijo y sentenció que Pilar Rubio era culpable de proponer el asesinato, por lo que fue condenada a diez años de cárcel. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra la absolvió posteriormente. Los autores del crimen han solicitado por segunda vez su indulto. Ésta es una medida de gracia que sólo el Gobierno español tiene protestad para aplicar. Sin embargo, otras medidas como los permisos carcelarios o la aplicación del tercer grado corresponden a Instituciones Penitenciarias. Se sospecha que los asesinos de Berrueta han disfrutado ya de varios permisos, y el hijo estaría a punto de acceder al tercer grado, por lo que solo tendría que ir a prisión para dormir.
La familia de Anjel Berrueta considera que “la ley no es igual para todos”, y critica una vez más los beneficios penitenciarios y la posibilidad del indulto. Mari Carmen Mañas, esposa de Berrueta, entiende la solicitud de indulto como “un menosprecio” hacia su familia y remarca que “no existe ni la más mínima muestra de arrepentimiento, ni consideración de género alguno hacia la víctima y su familia, ni reparación del daño causado, ni ninguna otra clase de explicación o circunstancia que permita opinar favorablemente en relación con esta medida, ni con la mayor de las benevolencias”. Mañas denuncia que “a los presos vascos les hacen cumplir las condenas íntegras y los que mataron a mi marido quieren ser indultados. Y si no, probablemente dentro de poco tiempo salgan a la calle. Eso es lo que no queremos”, asegura.
El 13 de marzo de 2004, Pilar Rubio, mujer de Valeriano de la Peña, pretendió colocar un cartel contra ETA en la tienda de su vecino, panadero y conocido militante de Gurasoak (colectivo de padres y madres de jóvenes detenidos por su presunta relación con la kale borroka). Éste se negó y la mujer subió a casa fuera de sí diciendo: “Vamos a matar a ese hijo de puta”. Minutos después su hijo y su marido bajaron a la tienda de Berrueta y le mataron.
La campaña desatada por la derecha española tras el 11-M había cuajado hasta tal punto en Navarra que los partidos de la clase política legalizada no se atrevían a poner en duda que la autoría de los atentados fuera de ETA. Prueba de ello fue que mientras en las manifestaciones de Madrid y Barcelona del día 12 contra los atentados la pregunta de “¿Quién ha sido”? y el “¡No a la guerra!” eran una constante, en Iruñea la manifestación fue una muestra de apoyo a las tesis del PP y de UPN y la encabezó una pancarta que rezaba “Por las víctimas. Con la Constitución”.
En el juicio por el asesinato de Anjel Berrueta, un jurado popular condenó a 20 años de cárcel a Valeriano de la Peña, impuso 15 años de prisión a su hijo y sentenció que Pilar Rubio era culpable de proponer el asesinato, por lo que fue condenada a diez años de cárcel. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra la absolvió posteriormente. Los autores del crimen han solicitado por segunda vez su indulto. Ésta es una medida de gracia que sólo el Gobierno español tiene protestad para aplicar. Sin embargo, otras medidas como los permisos carcelarios o la aplicación del tercer grado corresponden a Instituciones Penitenciarias. Se sospecha que los asesinos de Berrueta han disfrutado ya de varios permisos, y el hijo estaría a punto de acceder al tercer grado, por lo que solo tendría que ir a prisión para dormir.
La familia de Anjel Berrueta considera que “la ley no es igual para todos”, y critica una vez más los beneficios penitenciarios y la posibilidad del indulto. Mari Carmen Mañas, esposa de Berrueta, entiende la solicitud de indulto como “un menosprecio” hacia su familia y remarca que “no existe ni la más mínima muestra de arrepentimiento, ni consideración de género alguno hacia la víctima y su familia, ni reparación del daño causado, ni ninguna otra clase de explicación o circunstancia que permita opinar favorablemente en relación con esta medida, ni con la mayor de las benevolencias”. Mañas denuncia que “a los presos vascos les hacen cumplir las condenas íntegras y los que mataron a mi marido quieren ser indultados. Y si no, probablemente dentro de poco tiempo salgan a la calle. Eso es lo que no queremos”, asegura.
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